NUESTRO BABEL
NUESTRO BABEL Ayer tarde mientras prolija y lentamente: desarmabas esa torre de babel, en que se había convertido tu mesita de noche me preguntaste (con dulzura) -¿sobre que vas hablar mañana en radio? – Y te contesté contrariado: - tendría que hablar de lo que no quiero hablar… no sé… voy a escribir (o a rescatar) algo bello.- Atenta a mi galimatías y como perdonándome; la madres siempre perdonan las travesuras de sus hijos (aún literarias), aprobaste mi fuga hacia delante y hacia el interior, de mi pluma y de mi espíritu…Salir de tu casa fue como reingresar de golpe al mundo, y a este juego enloquecido y absurdo de lo cotidiano. Entrada la noche regresé a mi hogar con el firme propósito de acostarme temprano para, en la madrugada: sorprender a los duendes de la creación los cuales, fatigados ya, de entretejer sueños para el común de los mortales durmientes, me cedieran algunos hilos sedosos para suavizar la trama de ésta elaboración de jueves. No quise mirar el almanaque, evitando...