F. de R. 10 – 09 – 2009. DESDE LA CIÈNAGA Al recorrer los diarios de cada día se nos encoge el alma Y no es para menos, el tiempo pasa y pareciera que nuestro contorno se va desintegrando, que las paredes se descascaran, que brotan hogos en ellas y que la realidad se ve acelerando hacia en desemboque oscuro, crucial e inevitable. Y no solamente me refiero a esta pobre y querida Argentina, sino al mundo en general. Pero, a no alarmarnos, siempre hay rebrotes de esperanza, siempre hay gente que apuesta a mañana. Y allí radica el secreto... Y no estoy imitando al avestruz, ni menos esbozando proyectos políticos... Reconstruirnos debe nacer de una actitud interior: individual primero y colectiva después. Por eso señora, por eso señor: luego de plegar el diario y sentir una depresión bajo sus pies, como si el suelo estuviera a punto de hundirse… ¡Abra las ventanas de su alma!; en la convicción esperanzada que: aunque la vida en sociedad se nos presente cual una ruleta enloquecida y de...